El amor es una cosa ideal; el matrimonio, una cosa real; la confusión de lo real con lo ideal jamás queda impune.
Es fácil de comprender el espíritu que anima a la medicina; a todos estudia a fondo, grandes y pequeños, para dejar al fin que todo marche como Dios quiere.
Nunca cruza por la mente de los necios la manera como están encadenados el mérito y la fortuna; si no la tendrían los sabios.
Cuanto más desquiciada está la vida de la mente, más abandonada a sí misma queda la máquina de la materia.
La música, en el mejor sentido, tiene menos necesidad de la novedad; antes bien, cuanto más antigua sea y más habituados estemos a ella, mayor será el efecto que produzca.
Con los negocios sucede lo mismo que con el baile; hace indispensable que las personas bailen al mismo compás.
Son pocos los que teniendo juicio, sean a la vez capaces de obrar. El juicio ensancha, pero paraliza; la acción anima, pero limita.