Por muy poderosa que sea el arma de la belleza, desgraciada la mujer que sólo a este recurso debe el triunfo alcanzado sobre el hombre.
Y, a la verdad, si hay debajo de la luna cosa que merezca ser estimada y apreciada, es la mujer buena; y en comparación de ella el sol mismo no luce y son oscuras las estrellas.
Se entiende a las mujeres como se entiende el lenguaje de los pájaros; o por intuición o de ninguna manera.
¿Qué mujeres tendrá o habrá tenido en su casa el que no sabe que toda mujer es tan respetada en la calle para todo hombre como si fuera mujer de su propia familia?
Por mil motivos se puede perder el amor de una mujer; y se pierde por uno solo que no estaba previsto.