El dinero lo ganan todos aquellos que con paciencia y fina observación van detrás de los que lo pierden.
Con los negocios sucede lo mismo que con el baile; hace indispensable que las personas bailen al mismo compás.
No hay empresa alguna destinada a la producción o al tráfico de productos útiles que bien dirigida no dé resultados andando en tiempo.
Antiguamente cuando las riquezas se hacían en la guerra, la guerra era un negocio; ahora que las fortunas se hacen en los negocios son una guerra.
El espíritu egoísta del comercio no reconoce ni patria ni siente ninguna pasión o principio salvo el del lucro.