La noche hace desaparecer muchos defectos y olvidar no pocas imperfecciones. Hace a toda mujer hermosa.
Las sombras acentuadísimas que proyectan los árboles en el suelo de algunas noches clarísimas son los corales de la noche.
Porque siendo alcahueta de mil modos, te sirven las estrellas de coraza, para que miren tus infamias todos.
Salve, ¡oh, tú, noche serena, / que el mundo velas augusta, / y los pesares del triste / con tu oscuridad endulzas!