El que obra, no tiene nunca conciencia, sólo la tiene el que contempla.
No es un hombre más que otro, si no hace más que otro.
El verdadero valor no es hablar, sino hacer.
El camino más corto para llegar a hacer muchas cosas es no hacer más que una cada vez.
Si en el espíritu del trabajador reside la paz, el amor a la obra y la conciencia de utilidad social, todos los oficios son bellos oficios.
¿Quiere saber lo que piensan los hombres? No escuche lo que dicen; examine lo que hacen.
No con palabras deseo hacer ilustre mi vida, sino con obras.