Es fácil de comprender el espíritu que anima a la medicina; a todos estudia a fondo, grandes y pequeños, para dejar al fin que todo marche como Dios quiere.
El trabajo es el mejor médico del dolor. En los afanes o en el desempeño, trabaja obstinadamente: tú mismo podrás experimentarlo.
El trabajo es la mejor medicina para todas las enfermedades y desgracias que abruman a la humanidad.
A nadie daré una droga mortal aun cuando me sea solicitada, ni mantendré mi vida y mi alejado de la culpa.
Los médicos pueden enterrar sus fallos, pero un arquitecto sólo puede aconsejar a su cliente plantar hierba.
Médicos son aquellas personas que recetan medicinas, de lo que saben poco, para curar enfermedades que no conocen, en personas de las cuales no saben nada.
Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deba de ser público, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas.