Una muchacha no puede encontrar nunca la felicidad de una vida novelesca, extraña a las ideas y a la educación recibida y lejos de su madre.
No existe criatura alguna que no tenga más fuerzalos pesares que para resistir la extrema felicidad.
Nadie se atreve a decir adiós a un hábito propio. Muchos suicidas se han detenido en el umbral de la muerte al sólo recuerdo del café donde todas las tardes van a jugar su partida de dominó.