Tengo la igualdad por antihumana, irracional y absurda, y a la desigualdad, por derecho natural.
En el umbral de la muerte comienza la igualdad.
La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance a convertirla en hecho.
La única división natural del hombre es en fuertes y débiles y en listos y tontos.
No hay en la naturaleza dos seres completamente iguales.
El hombre vale porque es hombre, no porque es judío, católico, protestante, alemán, italiano, etcétera.
La igualdad en la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ninguno tan pobre que se va precisado a venderse
Donde la igualdad no se discute, allí también hay insubordinación
Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son.
Cada hombre es diverso, distinto de los demás, inefable, único, absolutamente personal. La igualdad humana es una ilusión intelectual engendrada por un anhelo sentimental.