No profeso la filosofía de ver a las personas cuando no las estimo; he conservado una aversión profunda hacia los chismes y la falta de probidad.
Cree en el corazón de tu madre; los caminos tortuosos no conducen a nada bueno, la paciencia y la resignación deben ser nuestras principales virtudes.
El privilegio de la mujer que amamos más de lo que ella nos ama, es hacernos olvidar a cada momento las reglas del buen sentido.
El celibato tiene el defecto capital de que, poniendo todas las cualidades del hombre al servicio de una sola pasión, el egoísmo, hace a los solteros inútiles y nocivos.
La medida de los dolores está en cada uno de nosotros; nadie comprende nuestros sufrimientos sino por una analogía muy vaga.
Se agrega lo mismo la desgracia que la ventura y jamás somos ni tan afortunados ni tan desgraciados como dice la fama.