El presente es árido y turbio, el porvenir se mantiene oculto. Toda la riqueza, todo el esplendor y toda la gracia del mundo están en el pasado.
El pasado es el único lugar donde podemos refugiarnos al huir de miserias, al huir de nosotros mismos.
La mayoría de las personas es buena con las personas que les gustan, y no lo es con las que no consiguen serle gratas.
La paz pública está fundada únicamente en el escaso valor de los ciudadanos, que se respetan unos a otros, por el medio que recíprocamente se inspiran.
Creer que el porvenir no existe ya porque no lo conocemos aún, es como si afirmáramos que un libro no termina porque no hemos llegado al final de su lectura.
Cada vez que se remueve un principio se descubre algo que hace vacilar aquel principio considerado inconmovible.
La propiedad tiene por único y glorioso origen la fuerza principia y se conserva por la fuerza; en eso es augusta, y sólo cede a una fuerza mayor.
Para servir a los hombres es preciso rechazar la razón como un trasto molesto y elevarse con las alas del entusiasmo: si se razona no se volará jamás.
Lo real sólo nos sirve para construir, mejor o peor, un poco de ideal. Acaso o sea útil para otra cosa.
La reflexión es una enfermedad que padecen algunos individuos y que si se propagara, acabaría con la especie humana.