En el mundo existen cuatro clases de personas: los amantes, los ambiciosos, los observadores y los imbéciles. Estos últimos son los más felices.
Dos personas caben dentro de mi pecho; la una se aferra tenazmente al mundo, viviendo las delicias del amor; la otra se eleva poderosamente desde el polvo, para remontarse a las regiones de los sentimientos excelsos.
Hay personas a quienes las más duras pruebas nada enseñan ni las hacen ganar experiencia; por esto siguen amando y creyendo a despecho de los años.
La mayoría de las personas es buena con las personas que les gustan, y no lo es con las que no consiguen serle gratas.