Lo real sólo nos sirve para construir, mejor o peor, un poco de ideal. Acaso o sea útil para otra cosa.
El hombre acepta como lógico y razonable todo lo que conviene a su egoísmo, colocándolo por encima de la realidad.
El alma es una terrible realidad; puede ser comprada, vendida y cambiada, puede uno envenenarla o hacerla perfecta.