Olvidad todo sentimiento de odio y venganza: perdonaos unos a otros como yo perdono a los que van a derramar mi sangre.
Solamente los espíritus valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca; no está en su naturaleza.
El sabio sabe perdonar y escucha con resignación al rencoroso haciéndolo partícipe de su magnanimidad.