La diplomacia es la policía en traje de etiqueta.
Cada edad nos asigna un papel diferente.
La actitud odiosa de un ejército es su más seguro camino hacia la derrota.
La ambición de dominar sobre los espíritus es la más poderosa de todas las pasiones.
Hay solamente dos poderes en el mundo, la espada y el espíritu. A la larga, la espada será siempre vencida por el espíritu.
Si fuera necesario que perecieran cincuenta mil hombres para el bienestrar del Estado, yo los lloraría; pero la razón del Estado es antes que nada.
El mejor orador del mundo es el éxito.
Los soberanos deben perdonar las faltas, pero jamás olvidarlas.
El fanatismo es producto de la superstición.
La fatalidad es el resultado de un cálculo del cual algunos factores son incógnitos.
Es necesario seguir los caprichos de la fortuna y corregirla cuando se pueda.
Un gobierno recién nacido debe deslumbrar.
Una forma de gobierno es hacer tantas leyes que nadie esté seguro de no ser colgado.
Si el enemigo se equivoca, no lo distraigas.
La habilidad cuenta muy poco sin la oportunidad.
¿Qué es la historia? Una sencilla fábula que todos hemos aceptado.
¿No es posible, me escribe usted? Eso no es francés.
Con constancia y tenacidad se obtiene lo que se desea; la palabra imposible no tiene significado.
El hombre puede creer lo imposible, pero nunca lo improbable.
No se hallan personas intrépidas entre aquellas que tienen algo que perder.