El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es merecerlo.
La disciplina es la parte más importante del éxito.
A menos que creáis en vosotros mismos, nadie lo hará; éste es el consejo que conduce al éxito.
Si nunca has tenido un gran éxito, no sabes lo que vale; el éxito es la piedra de toque de los caracteres.
No existe ninguna receta para alcanzar el éxito, como no la hay para ganar en la bolsa, en la ruleta o en las carreras.
Nunca se va de éxito en éxito; las derrotas y los éxitos se alternan.
En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles.
En nuestras manos está la acción; el éxito lo decide la fortuna.
La corona del éxito todo lo perdona, porque a juicio de Dios es la buena fortuna.
La mayor parte de los fracasos vienen por querer adelantarlos al éxito.
La mejor obra es la que se realiza sin las impaciencias del éxito inmediato.
De los primeros pasos depende en toda la empresa el éxito final.
Saber que le fracaso es fatalidad y el éxito oportunidad; el destino está controlado por alguien, ése es el conociemiento del sabio.
No se llega a obtener el éxito sin que la delicadeza del alma saque algunas heridas en la lucha.
Nuestro éxito no está asegurado por nuestro propio mérito, sino que depende mucho de la gente que combate a nuestro lado.
Pocos hombres tienen fuerza de saber suficiente para regocijarse del éxito de sus amigos sin un poco de envidia.
Hay una máxima entre los humanos que dice que cuando se consigue un éxito no conviene dejarlo guardado en el silencio.
No hay éxito pesimista, la desconfianza es la oración fúnebre y la tumba del éxito.
No hay cosa más terrible que alcanzar un éxito para el que no se está debidamente preparado.
En el trato de los hombres, el éxito viene muchas veces de saber ponerse en el lugar de otros.
