La historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y advertencia del porvenir.
El capital surge sólo cuando el poseedor de los medios de producción encuentra en el mercado al trabajador libre como vendedor de su fuerza de trabajo, y ya esta sola condición histórica, encierra toda una historia mundial.
Toda la historia universal constituye la eterna lucha de avidez de dominio y de libertad; lucha de los elementos y de los cuerpos por el espacio vital.
La verdad histórica nada tiene que ver con los hermosos ejemplos de heroísmo que vuelan de siglo en siglo sobre los labios y únicamente revelan arte y poesía.
La única historia digna de atención es la de los pueblos libres; la de los pueblos sometidos al despotismo no es más que una colección de anécdotas.
Los hechos y las fechas son el esqueleto de la historia; las costumbres, las ideas y los intereses son la carne y la vida de la misma.
La historia es el gran ejemplo de la vida humana, que instruye con la experiencia y corrige con el ejemplo.