En no pocos casos el odio a una persona tiene sus raíces en la estimación involuntaria de sus virtudes.
La asimilación continua de las ideas ajenas detiene y cohíbe las propias y hasta paraliza la facultad de pensar.
Los grandes ingenios, cuando piensan, siempre tienen una imagen ante los ojos y no los apartan de ella durante el trabajo del pensamiento.
La exageración de toda índole es tan esencial al periodismo como el arte dramático, pues el objeto del periodismo es hacer que los acontecimientos lleguen lo más lejos posible.
El periódico, en el mejor caso, es un cristal de aumento; con frecuencia es solamente una sombra chinesca en la pared.
La religión es la obra maestra del arte de la educación de los seres, pues enseña a la gente cómo deben pensar.