La buena sociedad es una horda formada por dos potentes tribus: los que se aburren y los que se aburren.
No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacen los demás de lo que decimos.
Los hombres vulgares han inventado la vida de la sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.
El lujo de ser mejores que los demás hay que pagarlo; la sociedad exige un tributo que ha de pagarse en tiras de pellejo.
Conozco las costumbres y las armas / y ese dialecto de alusiones / que se urde en todo agrupamiento humano.
Aprende a vivir aislado y a meditar en soledad; pero si te mezclas con la muchedumbre procura ser, como todos ellos, uno de tantos.
En la lucha contra el individuo, la sociedad dispone de tres armas: ley, opinión pública y constancia.
Ningún hombre es una isla entera en sí misma; cada humano es una parte del continente, una parte del todo.
Pensé: Ha llegado el momento de tirarles una botella a la cabeza. Cogí la botella y... me serví una copa.
Apenas se entra en sociedad se quita la llave del corazón, escondiéndola en el bolsillo; los que dejan la llave puesta son cortos de entendimiento.
Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus propios ricos.