Las mujeres y los políticos odian a todo el que no pueden engañar; por eso los hombres inteligentes no son nunca afortunados ni en el amor ni en la política.
En no pocos casos el odio a una persona tiene sus raíces en la estimación involuntaria de sus virtudes.
¿Qué es el odio? Una simple forma de instinto de conservación física, el sentimiento de un peligro presente en la persona de otro individuo.