La duda es un demonio benefactor.
Todo lo ignora quien nada duda.
Si dudas de ti mismo, estás vencido de antemano.
La duda en el amor acaba por hacer dudar de todo.
La fe se mantiene resolviendo dudas y volviendo a resolver las que dé la resolución de las anteriores.
Dejar que el tiempo resuelva dudas y dolores, es mejor que tratar de cortarlas impacientemente.
Los vastos conocimientos engendran grandes dudas. La duda es el principio de la sabiduría.
La felicidad es efímera, la certidumbre engañosa, sólo la duda es duradera.
La duda es la madre de las ideas; sólo los ignorantes y los fanáticos no vacilan nunca.
La duda parcial y accidental limita la ciencia; la duda universal y necesaria, la niega.
La duda necesita motivos, pues es posible dudar sin motivos, como lo es creer sin ellos.
El hombre ha sido creado no para dudar, sino para trabajar.
El espíritu en duda es como un péndulo que oscila entre lo verdadero y lo falso.
En caso de duda, es mejor decir poco que demasiado.
El que más sabe, más duda.
Duda de todo por lo menos una vez, incluso de la proporción de que dos y dos son cuatro.
La fe es el divino mensajero enviado para guiar al hombre, ciego por el pecado y la duda.
La fatal sentencia de la humanidad a dejar de pensar en una cosa; en cuanto deja de ser dudosa, es causa de la mitad de sus errores.
La duda es la fiel servidora del sentido común.
En caso de duda, hay que optar siempre por lo más benigno.