La felicidad es efímera, la certidumbre engañosa, sólo la duda es duradera.
Tal vez la alegría suele venir por pocos momentos; por eso no hay que arrojar las ilusiones, que tampoco pueden durar mucho.
No creo ya en las lágrimas porque te he visto llorar.
Probablemente no tengo más paciencia que cualquier otro; la única diferencia está en que yo sé emplearla como es debido.