A nadie le importará que no hagas bien a nadie, pero ¡pobre de ti si al hacer bien a todos de alguien!
En la vida sólo lo que se hace por bondad podemos decir que está bien hecho. Lo demás es literatura.
Dios castiga en los hijos las culpas de los padres, porque sabe que no hay mayor dolor para los padres que el dolor de los hijos.
Nadie puede decir que se conoce a sí mismo si no ha pasado hambre unos días y no ha sido rey absoluto unas horas.
El dolor no puede medirse por la causa, sino por el efecto. Con igual amargura llora el niño codicioso de un juguete, que el hombre fallido en sus ambiciones.
Nadie aprende a vivir por la experiencia ajena; la vida sería aún más triste si al empezar a vivir supiéramos ya que sólo viviríamos para renovar el dolor de los que vivieron antes.
La cultura es la buena educación del entendimiento, mas por lo mismo que es buena educación, no puede ser siempre sincera.