De la misma manera que la fuerza del espíritu supera la del cuerpo, los sufrimientos espirituales son más intensos que los corporales.
El alma contiene la esencia del hombre. El cuerpo no es más que un instrumento del alma, morada o cárcel, de la que ha de salir para gozar de una felicidad eterna.
La concepción del alma, independientemente del cuerpo es falsa; todas las funciones del organismo dependen unas de otras.
El alma humana encerrada en el cuerpo padece sufrimiento, vive presa de la pena, del temor y de todos los males; el cuerpo es para ella, prisión, caverna y antro.
¿Por qué has de menospreciar tu cuerpo? Es, en primer lugar, el templo maravilloso de un Dios escondido. Es, asimismo, una obra de arte del ignoto escultor.
El señor no os manda que hagáis cosas en detrimento de vuestra persona, antes quiere que en gozo de él, viváis dando las cosas necesarias al cuerpo.
El alma nace vieja pero se vuelve joven: ésta es la comedia de la vida. El cuerpo nace joven y se vuelve viejo; ésta es la tragedia de la vida.
Todo lo que experimentamos debemos atribuirlo al cuerpo, y todo lo que existe en nosotros que podamos concebir que exista en un cuerpo, debe ser atribuido al alma.
En otros tiempos se limitaban a alimentar al cuerpo como un servidor; hoy se le sirve como a un amo.