El examen de conciencia es siempre el mejor medio para cuidar bien el alma.
El señor no os manda que hagáis cosas en detrimento de vuestra persona, antes quiere que en gozo de él, viváis dando las cosas necesarias al cuerpo.
No tener moderación muchas veces es causa de que el bien se convierta en mal y la virtud en vicio.
La renuncia de la voluntad propia vale más que resucitar a los muertos.