Todo lo que experimentamos debemos atribuirlo al cuerpo, y todo lo que existe en nosotros que podamos concebir que exista en un cuerpo, debe ser atribuido al alma.
Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas, una vez en la vida.
Los que marchan muy lentamente, sigue el camino recto, pueden avanzar mucho más que los corren por senda extraviada.
No hay nada repartido de modo más equitativo en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.