La vieja costumbre con dificultad se deja.
La costumbre es el más imperioso de todos los amos.
Nada es tan fuerte como la costumbre.
Es una ley inexorable en la vida de los sexos la acción anafrodisiaca de la costumbre.
No cabe esperar que una madre enseñe a sus hijos costumbres diferentes a las suyas.
Lo acostumbrado es como lo natural en nosotros.
Son las buenas costumbres y los nobles hábitos los que producen las más grandes ideas y los más hermosos amores.
Es más fácil superar las malas costumbres hoy que mañana.
El hombre es un animal de costumbres.
El hombre es un ser que a todo se acostumbra y ésta es la mejor de todas sus cualidades.
La naturaleza de los hombres es siempre la misma, sus costumbres son las que difieren.
Uno de los secretos de la felicidad consiste en hacer nuestras costumbres agradables.
Pensamos de acuerdo con la naturaleza, hablamos de acuerdo con las reglas, pero obramos de acuerdo con las costumbres.
Las costumbres nos toman en la cuna y nos abandonan en la tumba.
Las viejas costumbres no se rompen fácilmente, el que intenta cambiar todo el curso de su vida, con frecuencia trabaja en vano.
Se puede luchar contra un ejército por grande que sea, pero contra costumbres, hijas del tiempo, no es posible sino alzar las manos.
Más Estados han perecido por la depravación de las costumbres que por la violación de las leyes. Todos los pueblos defienden mejor sus costumbres que sus leyes.
En las viejas costumbres se oculta, a menudo, un profundo significado.
La perfección de las costumbres consiste en obrar cada día como si debiera ser el último, es decir, sin agitación, sin abandono y sin hipocresía.
De la misma manera que se necesitan las leyes para conservar las buenas costumbres, éstas son para el mantenimiento de las leyes.
