No hay que pensar mal. El mal pensamiento es semilla en buen terreno, que un día u otro sale por la boca.
Los grandes ingenios, cuando piensan, siempre tienen una imagen ante los ojos y no los apartan de ella durante el trabajo del pensamiento.
Puedo concebir perfectamente un hombre sin manos, sin pies o sin cabeza; pero no puedo imaginar un hombre que no piensa; sería una piedra o un bruto.
El hombre ha sido creado evidentemente para pensar; por ello representa toda su dignidad y todo su mérito; tiene el deber de pensar rectamente.
Pensad en todo lo que es verdadero, honesto, justo y amable: en todo lo que es de buen hombre; en la virtud y alabanza.
El que piensa con mayor amplitud que los demás necesitará emplear palabras de significado más vasto.