Ciertamente, la hermosura es una especie de armonía visible que penetra muy suavemente en los corazones humanos.
Cuando hallo un infeliz, lamento por su destino y vierto un poco de bálsamo sobre las llagas del hombre, pero dejo sus méritos y culpas a merced de la balanza divina.
Usar de las facultades que me concedió la naturaleza es la única voluptuosidad independiente del socorro o de la opinión de los demás.
Para gozar de fama, cuando la intención sea magnánima y no ambiciosa, se precisa poseer un talento maravilloso, sudar infinitamente y una fortísima voluntad. Entre los hombres, la mayoría son, por naturaleza y por la incostancia de la fortuna, vacilantes.
La escasa felicidad que es posible esperar en este mundo, es por haber hecho el mayor bien y el menor mal posibles.
Conociendo o no conociendo, no ofendáis a nadie, porque corréis peligro o de provocar al poderoso o de maltratar al débil.