En la rueda de la vida, girando sin parar, hay dos clases de gente feliz: la que conoce todos los secretos del mundo y la que ignora todo completamente.
Un bello paisaje, una hermosa jornada, un libro selecto... ¿Qué más necesitáis para ser felices? El sol de la vida resplandece desde adentro.
Si nos bastase ser felices, la cosa sería facilísima; pero nosotros queremos ser más felices que los demás, y esto es casi siempre imposible, porque creemos que los demás son bastante más felices de lo que son en realidad.
Algunos pueblos de la antigüedad solamente contaban los días felices, fue un sabio quien, próximo a la muerte, se hizo este epitafio: Existí cincuenta y seis años, pero sólo viví cuatro.
Siempre he condenado a la mujer cuando ha tratado de hacer su felicidad a costa de la felicidad del hombre que ama.
La felicidad no consiste en las bendiciones externas de la fortuna, sino en la perfección interna y la riqueza del espíritu.
El que no quiera su felicidad sino a sí mismo, que la busque en la filosofía, pues todos los demás gustos no se satisfacen sin la ayuda de los demás hombres.