La inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón.
La coqueta es una mujer que hace por vanidad lo que la cortesana hace por ganar dinero.
Siempre he condenado a la mujer cuando ha tratado de hacer su felicidad a costa de la felicidad del hombre que ama.
La mejor manera de hacerse recordar es mostrando un corazón generoso.
El perfume del alma es la memoria.
Por mil motivos se puede perder el amor de una mujer; y se pierde por uno solo que no estaba previsto.
El olvido es el verdadero sudario de los muertos.
Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor, que muchas veces se llora de alegría.
El pensamiento es el corcel; la razón, el jinete.
Lo verdadero es demasiado sencillo, pero siempre se llega a ello por lo más complicado.