Siempre el consejo da una pasajera apariencia de superioridad, por ello no es grato incluso cuando se le necesita.
Ningún hombre ha podido descubrir el medio para dar un consejo de amigo a una mujer, ni aun a su propia mujer.
Cuántos males evitaría en la vida el consejo, si no se pidiera como complicidad y no se diera como halago.
Existe algo que, cuanta mayor necesidad se tiene de ello, más se rechaza, es el consejo, y lo oyen de mala gana quienes más lo precisan: los ignorantes.
Ningún hombre aceptará un consejo en lugar de dinero. De donde se deduce que el dinero vale más que el consejo.