Hay gentes que se muestran encantadas por tener centenares de amigos, pero el amigo verdadero nos es más adicto que un hermano.
El mayor esfuerzo de la amistad no es mostrar nuestros defectos al amigo, sino hacerle ver los suyos.
La amistad verdadera requiere tres cosas: la virtud para ser honesta, la conversación para ser agradable y la utilidad porque le es necesaria.
Los ratos más agradables de mi vida son los que paso en amena charla con las personas de mi estimación.
Lo que hace que la mayoría de las mujeres sean tan poco sensibles a la amistad es que la encuentran insípida una vez que han aprobado el gusto del amor.
Todos se llaman amigos; pero es loco aquel que se fía. Nada es tan común como este nombre; nada tan difícil como la amistad misma.