El sufrimiento despierta al espíritu, el infortunio es el camino de la sensibilidad y el corazón crece en la congoja.
Las familias son como los ejércitos: pueden ponerse a salvo mediante un prudente movimiento de despegue.
La ilusión eterna; o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad.
Si conociéramos a los demás como nos conocemos a nosotros mismos, sus actos más reprobables nos parecerían dignos de indulgencia.
Las manías de un gran hombre tienen que ser respetadas, porque el tiempo perdido en luchar contra ellas es demasiado preciso.
La memoria es gran artista; elige pero elige demasiado bien; hace para cada hombre, para cada mujer, del recuerdo de su vida una obra de arte y un documento falso.