Más poderoso quiso la naturaleza que fuesen los males para dar pena, que los placeres para dar alegría.
A muchas personas sobreviven males a consecuencia de los bienes; muchos han perecido por causa de sus riquezas y otros a causa de su valor.
Creo firmemente que la causa final de todos los males en el mundo moral y natural es el despertar la actividad intelectual.
Es debilidad manifiesta no inquietarnos por los males de los demás y sólo pensar en evitarnos penas.
Los bienes y los males no son los que piensa el vulgo; y muchos que parecen sumidos en la adversidad son felices y otros en medio de la opulencia son desgraciados.
Apenas el desgraciado se siente feliz, se hace digno de todos los males que antes no había merecido.