El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a buscarla al borde de un precipicio.
El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.
El amor es un símbolo de eternidad. Barre todo sentido del tiempo, destruyendo todo recuerdo de un principio y todo temor a un fin.
He empleado gran parte de mi vida en defenderme contra la exageración, enemiga artera de la felicidad.
La fidelidad de las mujeres casadas, matrimonio no la alienta el amor, probablemente es algo contra natura.
No existe nada que odien más los mediocres que la superioridad de talento: ésta es, en nuestros días, la verdadera fuente del odio.
Si alguien comete maldades gratuitas es un hombre acosado por el miedo y que trata de confortarse probando de su fusil.
¿Tiene méritos un hombre, a vuestro entender? Poned obstáculos a todo lo que se propone hacer. Si el mérito es real, sabrá abatir o salvar los obstáculos.