La calumnia desaparece cuando muere el hombre oscuro, pero se mantiene firme junto a la tumba del hombre genial.
...si los dioses dieron a los hombres la razón, hemos de creer que también les dieron la malicia, que no es otra cosa que una astuta y falaz razón para hacer daño.
Por cada diez personas que hablan de nosotros, nueve lo hacen desfavorablemente, y, con frecuencia, la única persona que habla bien lo dice mal.
Haré callar a los maledicientes siguiendo una vida ejemplar: ésta es la mejor respuesta a la maledicencia.
Nadie habla en nuestra presencia como suele cuando nos hallamos ausentes. La unión que existe entre los hombres solamente está fundada sobre el engaño mutuo.
La maledicencia mata tres personas de una vez; al que maldice, aquel del que se maldice y al que se halla presente cuando se maldice.
Hay detractores tan espontáneos y tan acostumbrados a la maledicencia, que prefieren hablar mal de sí mismos antes que dejar de maldecir a alguien.
Quien no sabe hablar más que de lo malo que tienen los hombres, por lo menos es honesto. Se manifiesta cuando habla con base en las observaciones hechas en sí mismo.