La cólera destruye el sosiego de la vida y de la salud del cuerpo; ofusca el juicio y ciega la razón.
Si la razón es un don del cielo, y otro tanto puede decirse de la fe, el cielo nos ha hecho dos presentes incompatibles y contradictorios.
La calumnia desaparece cuando muere el hombre oscuro, pero se mantiene firme junto a la tumba del hombre genial.