Aunque se goce cien veces de una dicha perfecta, no está uno contento si alguien no lo sabe.
Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos.
No aventuréis nunca vuestra estimación demasiado lejos y ateneos al justo medio según conviene.
Realmente las gentes de mérito sublime provocan el amor y la estimación de todos.
Hace más de cuarenta años que hablo en prosa sin saberlo.
Aquellos cuya conducta incita más a reír, son siempre los primeros a la hora de maldecir.
Los hombres son todos parecidos en sus promesas. Sólo en sus acciones es donde difieren.
Casi todos los hombres mueren de sus remedios, no de sus enfermedades.