Las grandes novelas son purificadoras porque en ellas se libera el ánimo de la ilusión de cada felicidad individual.
Los ignorantes son muchos, los necios son infinitos; y así el que los tuviere a ellos de su parte, ése será señor del mundo entero.
Sólo un gran acontecimiento favorecido de una gran práctica llega a saber los precios de las perfecciones.