No hay cosa más cercana ni más lejos, más encubierta ni más descubierta que Dios.
Y, a la verdad, si hay debajo de la luna cosa que merezca ser estimada y apreciada, es la mujer buena; y en comparación de ella el sol mismo no luce y son oscuras las estrellas.
Tener uno paz consigo mismo es principio cierto para tenerla con los demás.
Porque así como hay algunos vicios que tienen apariencia y semejanza de algunas virtudes, así hay algunas virtudes que están ocasionadas por vicios.
Virtud hija del cielo, / la más ilustre empresa de la vida, / en el oscuro suelo / luz tarde conocida, / senda que guía al bien poco seguida.
Vivir quiero conmigo, / gozar quiero del bien que debo al cielo, / a solas, sin testigo, / libre de amor, de cielo, / de odio, de esperanzas, de recelo.
