La justicia puede entenderse de muchos y muy diversos modos, pero entre ellos la justicia es la constancia de una perpetua voluntad.
Idénticos delitos tienen diversas consecuencias: a unos los hacen reyes y a otros los llevan a la horca.
¡Felicísimo país el nuestro, en donde la casaca ministerial, la toga y el blasón no delinquen jamás!
Si la justicia parece venganza, ¿cómo ha de impedirse que los hombres crean alguna vez que la venganza puede ser justicia?