La belleza es una luz divina, un rayo celestial que diviniza los mismos objetos en que brilla.
Si las íntimas preocupaciones de cada cual se leyeran escritas sobre su frente, ¡cuántos que causan envidia nos moverían a lástima!
Parte de la penitencia es confesar la culpa, conocerla y avergonzarse de ella.
¿Quién puede vanagloriarse de no tener defectos? Examinando los suyos cada cual aprende a personar los del prójimo.
Idénticos delitos tienen diversas consecuencias: a unos los hacen reyes y a otros los llevan a la horca.
Sin la piedad, la justicia degenera en crueldad.Y la piedad sin justicia es debilidad.
No mereció nacer quien cree que nació para sí solo.
Todo placer esperado es mayor que el obtenido.
No se confíe al mar quien tema al viento.