El deber de los jueces es hacer justicia y su oficio, diferirla.
La justicia puede entenderse de muchos y muy diversos modos, pero entre ellos la justicia es la constancia de una perpetua voluntad.
Sin la justicia, ¿qué son los reinos sino una partida de salteadores?
La justicia es reina y señora de todas las virtudes.
¡Oh, justicia de Dios, qué terrible debes ser cuando asestas tales golpes de venganza!
Si existe Dios, existe la justicia.
Idénticos delitos tienen diversas consecuencias: a unos los hacen reyes y a otros los llevan a la horca.