¿Cómo es que siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser el fruto de la educación.
Instruir es emancipar, es engrandecer, es casi crear; por esta razón, siguiendo los consejos de la experiencia y el ejemplo de las naciones civilizadas, debemos hacer de la instrucción la palanca poderosa de la regeneración de la patria.
La educación de las mujeres, hasta aquí podría llamarse sin mucha violencia: arte de perder el tiempo.
El maestro debe ser simplemente un vaso comunicante y un medio no enturbie la luz que trata de transmitir.
Dos tipos de conocimiento principales dan a los niños en la escuela: los que olvidan y los inútiles.
La cultura es la buena educación del entendimiento, mas por lo mismo que es buena educación, no puede ser siempre sincera.
Muchas lecciones de las universidades son inútiles, pero las de la vida y las del dolor son siempre fecundas.
Desconfíe de los que dicen «si no fuera por la educación, ya le diría yo lo que siento», porque la buena educación está en no sentir nunca el deseo de decir a nadie lo que no pueda decirse siempre entre gente bien educada.
El mejoramiento de la sociedad no se obtiene tan sólo por el castigo y la represión del crimen, hace falta cultivo general y constante.
La más importante parte de la educación, como la de cualquier otra disciplina moral, es engendrar la felicidad.
La educación es la base de la felicidad de las naciones, de las familias y de los individuos: la educación hace buenos padres, buenos hijos y buenos ciudadanos.
No se puede educar si no se educa cada uno, como no se puede curar si no se cura a cada enfermo, como no se puede sentenciar si no se sentencia a cada delincuente.