El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.
Condensar todo el amor de la creación en una sola criatura, eso es el pecado, el peligro y casi la antesala del crimen.
Toda clase de estratagemas son lícitas, lo mismo en materia de amor que en la guerra más encarnizada.
¡Se puede ser Don Juan muchas veces; pero Romeo... sólo una! Eso explica, quizá, la existencia de los libertinos y de los descorazonados.
Lo esencial en amor es tener la mayor emoción posible. El verdadero engaño consiste en paralizar el corazón a fuerza de lucidez