¿Sabéis por qué no son los elocuentes algunos enamorados? Porque su corazón habla muy alto y les impide oír lo que dicen.
La bajeza se vale para elevarse en los mismos desaires que recibe.
Es bajo el signo de la gloria que las naciones libres han sido llevadas a la esclavitud.
Escritor original no es aquel a quien nadie imita, sino aquel a quien nadie puede imitar.
La verdadera felicidad cuesta poco; si es cara, no es de buena especie.
La verdadera filosofía es la independencia del espíritu humano.
Los hombres serán siempre lo que quieran las mujeres.
La libertad es tan naturalmente amiga de las ciencias y de las letras que se refugia entre ellas cuando se le destierra de los pueblos.
El canto nos viene de los ángeles, y el manantial de los conciertos reside en el cielo.
Hay palabras que sólo deberían servir una vez.
La ausencia de la patria produce la tristeza más dulce del corazón.
El árbol se desnuda hoja por hoja; si los hombres pensaran todas las mañanas lo que han perdido el día anterior, conocerían a fondo su pobreza.
La desgracia y la soledad excitan a la religión.
Toda revolución que no se cumple en las costumbres y en las ideas fracasa.
La tristeza es templaza de los dolores del alma.
La tristeza ocupa siempre lo interior de las alegrías del hombre.
