Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello que arrepentirse de no haber hecho nada.
El gran objetivo de la vida no es el conocimiento, sino la acción.
Que cada uno de tus actos, palabras y pensamientos sean los de un hombre que, acaso en ese instante, haya de abandonar la vida.
Pon tus palabras en acción, y no permitas que tu lengua diga torpezas.
Si logras mostrarle a una persona lo malo que ella está haciendo, entonces procura hacerlo tú bien.
La acción es sólo el pensamiento condensado, concreto ya, oscuro, inconsistente.
Haz todo bien y con rectitud, no importa que el mundo se desmorone.
Entrar en el mundo de la acción es entrar en el mundo de los límites.
No hay acción inocente; para realizar algo es indispensable dañar o destruir.
Escrito está que el fin del hombre es la acción y no el pensamiento.
La acción humana es la que da vida al planeta.
No te empeñes en regular tu acción por tu pensamiento; deja más bien que aquélla te forme, informe, deforme y transforme.
Tanto hay que hacer y tan poco hecho.
Dormido o no hambriento o no, cansado o no, siempre se puede hacer algo cuando se sabe que no queda más remedio que hacerlo.
A menudo, en nuestros motivos de acción hay uno más poderoso que los demás: es el que no se dice.
Pide consejo antes de comenzar; cuando estés decidido, actúa prontamente.
En el molde de nuestras acciones es donde se ha forjado la inteligencia
El hombre que difiere la acción, siempre estará luchando contra su propia desgracia.
Es la acción la que demuestra la vida y es también la acción la que demuestra la voluntad.
La acción sin cordura es siempre desastrosa.
