Las almas viven de verdad y de amor; sin verdad ni amor, sufren y parecen como cuerpos privados de luz y calor.
Nuestras almas son música y nuestros cuerpos el instrumento sin el cual el alma, aunque subsista, no puede hacerse oír.
La fe separada de la ciencia fácilmente lleva al fanatismo; lo que salvará al mundo será la ciencia justificando la fe.