El éxito llega a aquellos que están demasiado ocupados para estar buscándolo.
Lo que un hombre piensa de sí mismo es lo que determina, o más bien indica, su destino.
Si ha hecho castillos en el aire, no ha perdido el tiempo; allí es donde deben estar. Ahora, póngales cimientos.
Las cosas no cambian, cambiamos nosotros.
Si logras mostrarle a una persona lo malo que ella está haciendo, entonces procura hacerlo tú bien.
Los cielos son tan grandes como grande es nuestra aspiración.
Jamás hallé compañía más sociable que la soledad.
La mayoría de los hombres lleva una vida de absoluta desesperación. Lo que se llama resignación es la desesperación confirmada.
No es preciso el dinero para enriquecer el alma.
Bajo un gobierno que encarcele alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel.
Bienaventurado el mortal que no pierde un momento de la vida fugitiva en recordar el pasado.
Los hombres reverencian a los hombres; aún no a Dios.
El hombre es rico en proporción a las cosas que puede desechar.
En mi casa había tres sillas: una para la soledad, dos para la amistad, tres para la sociedad.
Nada es tanto de temer como el temor.