Quien pretende llegar a un sitio determinado, emprenda un solo camino y déjese de tantear muchos al mismo tiempo, pues ello no es caminar sino andar de vagabundo.
Debemos hacernos flexibles y no entregarnos con terquedad a las determinaciones que tomamos al pasar a aquellas a que el azar nos conduce.
El alma buena no se compra ni se presta, y juzgo que si estuviese en venta nadie la compraría; pero la mala, en cambio, se compra a diario.
Los vicios que se manifiestan son sólo los más leves; los más peligrosos son aquellos que se ocultan bajo una apariencia de virtud.